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Palacio Roccatagliata: Continúa el conflicto por la suspensión de la obra de Coghlan

 

La construcción de dos torres en la Villa Roccatagliata se convirtió en la problemática más importante que atraviesa el barrio de Coghlan. Desde 2017, y por una orden judicial, la obra se encuentra paralizada. Los compradores que ya pagaron un gran porcentaje del inmueble reclaman su rehabilitación. Los vecinos que ampararon junto al ex legislador Gustavo Vera, solicitan la nulidad del permiso de obra. Y, mientras en la Legislatura debaten el Nuevo Código Urbanístico que reemplazará al actual Código de Planeamiento Urbano, los desarrolladores se encuentran en plena vía judicial esperando la sentencia de última instancia. 

 “Conformamos un grupo para reclamar una solución definitiva al conflicto entre los poderes gubernamentales de la CABA que mantiene paralizada la obra y que significa la pérdida de ahorro de más de 200 familias. Le exigimos al Jefe de Gobierno Horacio Larreta que inste a sus funcionarios a trabajar para resolver este desastre”, expresó Miguel Cavaliere, comprador.

En el año 2016, luego de muchas idas y vueltas judiciales, el ex legislador Gustavo Vera presentó un amparo orientado a denunciar la ilegalidad de permiso de obra que había otorgado el Gobierno de la Ciudad.

“Más allá de la cuestión patrimonial, ocupa el pulmón de manzana y tiene el doble de la altura permitida, además de no respetar los parámetros urbanísticos que establece el código. Presentamos la acción judicial y el fallo del Juez Osvaldo Otheguy nos otorgó una medida cautelar que suspendió la obra tras detectar estas ilegalidades. Ahora fueron en queja ante el Tribunal Superior de Justicia, que es la última instancia que tienen ellos para dar vuelta lo que ya en seis fallos se viene determinando que tienen razón los vecinos”, dijo el Dr. Jonatan Badiviezo, abogado urbano, Presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad, y patrocinador de Vera y amparistas que detuvieron la obra.

Las torres construidas alrededor de la Villa Roccatagliata, en la esquina de la avenida Balbín y Roosevelt (Coghlan) posee 350 unidades, entre oficinas y viviendas, distribuidas en dos edificios: uno de 27 pisos, otro de 13, y 212 cocheras en una superficie total de 3.500 metros cuadrados. Las desarrolladoras KWZ (Kaufman, Wainstein, Zelwianski), Natal Inversiones, Qualis Development, Estudio Brodschi, Juan Carlos y Ezequiel Fernández y Palacio Roccatagliata S.A. comenzaron a vender en el año 2013.

“Compré en el 2016 y tengo pagado el 60 por ciento. Actualmente estamos esperando que Tribunal Superior de Justicia acepte la queja y rehabiliten los permisos de obra. Si no fallan a nuestro favor vamos a tener que reclamar y la constructora irá a concurso y nadie podrá terminar la obra. Y si la intrusan quedará como el Albergue Warnes: un esqueleto usurpado, que además está lleno de ratas y con los subsuelos inundados”, aseveró Miguel.  

 Actualmente, en la Legislatura porteña se está debatiendo la reforma del Código de Planeamiento Urbano que busca, entre otros puntos, establecer alturas máximas de construcción, ordenar la estética de las cuadras “para propiciar un espacio público más amigable”, plantear un desarrollo urbano consciente y conservar así la identidad de los barrios.

 

jonatan baldiviezoDr. Jonatan Baldiviezo, abogado patrocinador del amparo

 

Mientras se discute el Nuevo Código Urbanístico, las desarrolladoras de Palacio Roccatagliata esperan fallo a favor en el Tribunal Superior de Justicia. Así lo afirmó el abogado Gabriel Iezzi, representante de Palacio Roccatagliata S.A a este medio: “En lo jurídico/procesal la causa se encuentra en trámite ante el Tribunal Superior de Justicia en análisis para su sentencia. Entendemos que ya cuenta con dictamen favorable del procurador general administrativo. Todo está en regla: como dictaminó la justicia en su momento, está dentro de los parámetros de la ley”.

Por su parte, Baldiviezo aseguró: “Estamos pidiendo la nulidad de permiso de obra. La empresa está haciendo una obra ilegal y toda obra construida ilegalmente tiene que destruirse. Si no quieren esa solución, que no es una solución que dependa de nosotros, tienen que discutir una nueva normativa para la manzana en la Legislatura, pero las empresas no quieren hacerlo porque pierden plata, no quieren perder la posibilidad de construir 97 pisos”.

La historia sin fin: escraches y violencia

Cuando los vecinos de Coghlan se enteraron que en la histórica Casa Roccatagliata  iban a construir torres, se agruparon y junto a la ONG Basta de demoler y la Asociación Amigos de la estación Coghlan, presentaron una acción de amparo para que no se realice. Sin embargo, la construcción comenzó y en 2017 se paralizó. Esto provocó desidia, indignación y duros enfrentamientos entre los vecinos y los compradores.

A fines de abril, las chapas del Palacio Roccatagliata amanecieron con carteles difamatorios que reproducían los nombres, apellidos, y hasta domicilios de las personas que demandaron el proyecto inmobiliario: “Estos son los vecinos que se oponen a la terminación de esta obra. Son los responsables del estado actual de abandono de la zona”.

Del mismo modo, la semana pasada uno de los compradores damnificados fue atacado por una vecina mientras repartía folletos por el barrio. “Estaba pegando información de la marcha y una señora los arrancó. Me acerqué y le pregunté por qué lo hacía, que respetase nuestra libertad de manifestarnos. Muy agresivamente comenzó a insultarme, incluso quiso golpearme, y le sacó la correa a sus dos perros para que me atacaran. Gritaba: ¡Váyanse de mi barrio, nunca van a vivir acá!”, contó Hernán (quien prefirió no revelar su apellido).

escrache Villa Roccatagliata

“Queremos que se termine la obra”

A pesar del frío y la lluvia, familias de compradores damnificados y vecinos se movilizaron ayer para exigirles a las autoridades que se hagan cargo y restablezcan las obras. Si bien hubo controversias, todos se unieron por una misma razón: una solución urgente. Con bombos y carteles cortaron la avenida Balbín.

“Acá no hay ilegalidad, la Ciudad de Buenos Aires aprobó todos los planos y la gente pagó. No hay delito. ¿Quién nos va a devolver el dinero? Nadie. Queremos que se termine la obra. Como principales perjudicamos tenemos derecho a exigir. La justicia determinó que el palacio es nuestro y nosotros estamos dispuestos a entregarlo con tal de que la edificación se termine”, agregó Hernán.     

         

 “Algunos creen que el edificio va a ser muy alto pero la Ciudad lo compensó preservando la casa histórica. Por debajo, hicieron una estructura especial para sostenerla y hacer las cocheras. Muchos de los compradores estamos dispuestos a que en la Villa Roccatagliata se puedan llevar adelante actividades culturales disfrutadas por todos los vecinos. Si la obra queda inconclusa y no logramos los votos en la Legislatura, vamos a tener que reclamar a la Ciudad y a la larga, tipo 10 años, todos los vecinos nos van a tener que pagar la indemnización”, expresó Miguel.

Por último, Isabel, una vecina de Coghlan que estuvo en contra de la construcción de las torres comprendió la lucha de los compradores y afirmó: “Esta obra no se tendría que haber permitido nunca. Incumple todas las normas del Código de Planeamiento Urbano. Por supuesto que los compradores fueron burlados no sólo por los desarrolladores sino también por el Gobierno de la Ciudad que dio permiso a una construcción que no se podía hacer”.