Villa Urquiza: la odisea que vivieron los usuarios en la Linea B tras un corte de luz
Se produjo en las primeras horas del día, en medio de llantos y desmayos.
Durante la mañana del lunes, en un nuevo comienzo de semana, los pasajeros de la Línea B del subte porteño vivieron una verdadera odisea para llegar a sus respectivos destinos. Entre las 9 y las 10 de la mañana, cientos de personas quedaron encerradas en una de las formaciones.
La línea que recorre el tramo desde el microcentro porteño hasta el barrio de Villa Urquiza sufrió un gravísimo problema por un corte de luz durante su recorrido habitual, lo que generó que los vagones quedaran sin funcionamientos, y la gente encerrada dentro de ellos.
El siniestro se produjo entre la estación Echeverría y Los Incas, en pleno barrio de Villa Urquiza, en la Comuna 12. El servicio estuvo interrumpido casi una hora, pero no todo acabó allí. El servicio permaneció limitado entre las estaciones Leandro N. Alem y Ángel Gallardo, además de que los trenes no se detenían en Carlos Gardel.
Según reportaron algunos usuarios, el drama fue tal que varios pasajeros comenzaron a llorar, a angustiarse, incluso algunos casos de desmayos en medio de la tensión por el encierro tan prolongado en un espacio sin tanta ventilación, y con la incertidumbre de no saber ni cuándo ni cómo se iba a resolver el problema.
“No podíamos salir porque Metrovías no tenía escalera, además de que no funcionaba el aire acondicionado. Mucha gente no podía respirar bien. Era 8.20, 8.25 y se empiezan a apagar las luces. Nos quedamos varados ahí. Al rato nos dijeron que habian cerrado la corriente de luz y que podíamos bajar”, declaró otra de las usuarias que estuvo involucrada en un vagón, quien mostró imágenes de usuarios caminando por el andén y que, finalmente, para salir tuvieron que subir una escalera pequeña en un costado del tramo.
En redes sociales, muchos usuarios reportaron el imprevisto que tuvo en vilo a los trenes de la formación, acusando el inconveniente en medio de la oscuridad. Según explicaron algunas personas, una vez frenado el subte, pasaron 15 minutos hasta que el motorman informó la situación.
El inconveniente mayor residía en que si el conductor habilitaba a los pasajeros a bajar al andén, existía la posibilidad que se reestableciera el servicio de energía en ese momento y apareciera una nueva formación en el lugar acercándose a los cientos de pasajeros que estarían caminando por allí.
Finalmente, luego de una hora de caos, volvió la energía y el servicio quedó reestablecido de forma permanente, realizando el trayecto habitual en toda su extensión, sin reportes de nuevos inconvenientes en el transcurrir del resto del día.