Cerraron 16.000 kioscos en un año y quedan menos de 100.000 en el país

Las ventas vienen cayendo un 40% en dos años y los costos fijos siguen en aumento. El sector enfrenta competencia de otros rubros y teme más cierres en el segundo semestre, informaron desde la Unión Kioskeros de la República Argentinos (UKRA).
En solo doce meses, Argentina perdió 16.000 kioscos formales. La cifra, que pasó de 112.000 a 96.000, marca un hito negativo: por primera vez en décadas, el país cuenta con menos de 100.000 kioscos.
“Preguntamos cuántas razones sociales activas había y nos dijeron que éramos 96.000. Por primera vez somos menos de 100.000 kioscos”, señaló Ernesto Acuña, vicepresidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA).
Ventas en baja y hábitos de consumo cambiantes
El derrumbe de las ventas es otro factor crítico. Según UKRA, las operaciones cayeron un 40 % en los últimos dos años, y en el último verano las bebidas —uno de los rubros más fuertes para el sector— sufrieron una baja de entre 30 % y 35 %.
“Se vende menos, mucho menos. No hay plata. La gente se pasa a segundas marcas, compra cigarrillos más baratos”, explicó Acuña, describiendo cómo la recesión y la inflación modifican el consumo diario.
Costos que no dejan de subir
Los gastos operativos, como alquileres, salarios, luz y gas, siguen en aumento y presionan la rentabilidad. “Un alfajor triple promedio está en $1.500, pero en algunos lugares, por alquileres más caros o empleados, los costos suben”, detalló Acuña.
A esto se suma la competencia inesperada: hoy los productos tradicionales de kiosco se venden también en farmacias, supermercados chinos y hasta verdulerías. “El kiosco es como la postal de una ciudad… y están cerrando por una recesión que viene desde hace tiempo”, advirtió el dirigente.
Estrategias para no bajar la persiana
Algunos kiosqueros buscan reinventarse incorporando café para llevar, panificados o promociones especiales. Sin embargo, estas propuestas requieren inversión y, en muchos casos, permisos municipales difíciles de conseguir y mantener.
Desde UKRA temen que, si la tendencia continúa, el país pierda en pocos meses otro número significativo de estos comercios, que durante años fueron sinónimo de atención cercana y abastecimiento rápido en cada barrio argentino.