Elefante Blanco de Belgrano: Comenzaron el desalojo de 10 familias tras la adquisición del edificio por parte de una empresa
Un edificio abandonado en el barrio porteño de Belgrano se ha convertido en el centro de una polémica debido al inicio del desalojo de familias sin techo que lo ocupaban hace casi cinco décadas. En el inmueble ubicado en Olazábal 3432 vivian 50 personas, incluyendo 15 niños, niñas y adolescentes.
El lunes pasado, personal de una empresa privada, acompañado por la Policía de la Ciudad, comenzó a remover las pertenencias de los habitantes del edificio, quienes ocupaban los departamentos hasta el quinto piso debido a la falta de ascensor. Los habitantes, algunos de los cuales viven allí desde hace más de cinco décadas, denuncian que no recibieron una orden formal de desalojo y que se enfrentan a una situación de extrema vulnerabilidad.
Una historia de abandono y ocupación
La construcción del edificio comenzó en la década de 1960 bajo la responsabilidad de la empresa Promobra S.A., que quedó sin fondos en 1965. En 1972, el Estado Nacional adquirió la propiedad con el objetivo de destinarla a viviendas sociales, pero las obras nunca se completaron. A partir de entonces, el inmueble comenzó a ser habitado por familias que buscaban un lugar donde vivir.
Según Salvador, un vecino de la zona, el edificio fue inicialmente ocupado por un sereno que trabajaba para la empresa constructora. “Cuando la empresa quebró, llamó a su familia y, poco a poco, más gente se instaló en el lugar”, explicó.
El edificio, con tres cuerpos de 14 pisos, permaneció en esta situación hasta 2022, cuando fue adquirido por una constructora privada por un valor de u$s6 millones, una cifra considerada muy baja para su ubicación privilegiada en Belgrano R.
Denuncias de los vecinos
Los ocupantes del lugar aseguran que no son usurpadores y que el desalojo se llevó a cabo de manera arbitraria. Beto, quien vivió en el lugar durante 50 años, denunció que “tres meses atrás sacaron los medidores de electricidad, a pesar de que no había deudas con Edenor”. Otra mujer, residente desde hace 22 años, relató que “no recibimos ninguna orden de desalojo”. También señaló que la comunicación sobre el cambio de propietario llegó apenas dos días antes del operativo, dejando a muchas familias sin tiempo para organizarse.
Entre los afectados se encuentran ancianos y niños con condiciones especiales, como autismo. “Mis hijos nacieron y crecieron aquí”, agregó la mujer.
Asesoramiento legal y resistencia
Ante la medida de desalojo, varios vecinos han buscado apoyo legal y presentado una apelación. El conflicto subraya una disputa de propiedad nunca resuelta y expone la tensión entre los derechos de los ocupantes y las empresas que buscan desarrollar proyectos inmobiliarios en zonas de alto valor.
Mientras tanto, las familias afectadas enfrentan un futuro incierto, sin un lugar adonde ir ni garantías de que se respeten sus derechos. La situación también pone en evidencia el crónico déficit habitacional en la Ciudad de Buenos Aires y la falta de políticas que prioricen a las personas en situación de vulnerabilidad.