Polémica por el proyecto de ley que busca la aplicación obligatoria de microchips en mascotas de la Ciudad
La iniciativa fue presentada en la Legislatura porteña bajo el nombre de “Cuidado responsable de caninos y felinos domésticos”.
La semana pasada, trascendió la noticia de que desde el Gobierno de la Ciudad planean que prospere un proyecto de ley en la que se pretende la implementación obligatoria de microchips a mascotas para crear un sistema responsable de identificación dentro de la jurisdicción.
El Consejo de Planeamiento Estratégico de la Ciudad de Buenos Aires, un organismo del Gobierno porteño integrado por 200 organizaciones sociales fue en encargado de presentar en la Legislatura el proyecto “Cuidado responsable de caninos y felinos domésticos”, que despertó la polémica rápidamente entre los vecinos y algunas organizaciones civiles.
Según indicaron, se establece el procedimiento sea gradual y realizado “necesariamente por un veterinario, utilizando los medios más adecuados, asépticos, inocuos e indoloros para el animal”.
Otro de los puntos controversiales tiene que ver con los castigos a quienes incumplan la regla: las multas irían desde $11.000 hasta $55.000 en adelante a los cuidadores que no cumplan con el requisito previsto.
El Sindicato de Trabajadores Caninos salió al cruce del Gobierno porteño, afirmando que se trata de una medida que "no es prioritaria”, y denunciaron la falta de hospitales públicos veterinarios.
“En CABA hay alrededor de un millón de animales de compañía, es decir, uno de cada tres porteños tiene un perro o gato”, explicó Matías Tomsich, secretario general del Sindicato de Trabajadores Caninos. También dijeron que, de acuerdo con sus estimaciones, para llevar a cabo la implementación de microchips para esa cantidad de mascotas "el gasto ascendería a más de mil millones de pesos”.
Los datos oficiales indican que cerca del 40% de los hogares de la Ciudad de Buenos Aires cuentan con al menos una mascota: de ese número, se desprende la cifra que 500.000 son perros y 295.000 son gatos.
Especialistas señalaron que “una vez colocado, se activa al ser leído por un escáner que muestra el número en la pantalla del lector. Ese ID está asociado a la base de datos que guarda el nombre, la dirección y teléfono del dueño, las señas particulares de la mascota y el historial de vacunación”.