Entrevistamos a Ariadna Krimker, futbolista de Platense que, en la constante lucha de las mujeres por tener más voz y participación en los distintos ámbitos, nos cuenta su experiencia.
Más allá del color del pañuelo, de utilizar o no el lenguaje inclusivo, de la bandera política y de la ideología de cada persona, existe una realidad que, afortunadamente, cada vez está más marcada y ha ido tomando mayor trascendencia en lo últimos años: el crecimiento y la fuerza de la figura de la mujer en el fútbol. “Me parece algo justo y necesario. Cuando toda mi camada y las más grandes éramos chicas, no teníamos las posibilidades que hay ahora”, afirma Ariadna Krimker, jugadora del plantel de Primera División de futsal del Club Atlético Platense.
Con 29 años es una de las capitanas del equipo que compite actualmente en la máxima categoría de AFA, torneo en el cual disputarán el próximo sábado la semifinal ante San Lorenzo. “Seguimos entrenando aún entre medio de las Fiestas, con muchas ganas de llegar a la final”, nos cuenta quien incursionó en este deporte allá por 2015 en el Club Comunicaciones y llegó en 2017 a la institución identificada con el barrio de Saavedra.
Si bien hace un tiempo se desarrolla en esta disciplina, su pasión por la pelota arrancó cuando era chica, entre los 10 y los 13, jugando fútbol infantil con chicos ya que no existía la rama femenina. Al respecto, recuerda: “Teníamos que jugar con varones, a veces tampoco nos dejaban o nos miraban raro, porque jugar al fútbol era algo solo de hombres”.
Sin embargo, como es de público conocimiento, la constante lucha de las mujeres, no solo en el ámbito deportivo, sigue surgiendo efecto. “En estos últimos años, por suerte las mujeres fuimos teniendo un poco más de lugar e importancia. Creo que haber hecho ´profesional´ el fútbol femenino fue el primer gran paso para seguir creciendo y hacernos ver, porque tenemos mucho para dar y aportar. Ahora, cada vez más nenas empiezan a jugar desde más chicas, lo que hace que el deporte tome mayor importancia y valor. Se pueda aprender, crecer y desarrollarse desde chicas para llegar a Primera con muchas más herramientas que antes, aunque aun así falta muchísimo todavía para estar o tener las mismas oportunidades que los hombres. Pero año tras año vamos sumando un poco más, por eso no hay que bajar los brazos y trabajar para que así sea.”, considera
Con algunas vueltas olímpicas en el lomo en otras etapas de su carrera, tiene el sueño pendiente de vestir la camiseta de la Selección Argentina. Y si de anhelos se trata confiesa que además de representar a su país le gustaría vivir profesionalmente del futsal, salir campeón con Platense y jugar en el Exterior.
Hay que soñar…hay que luchar. Como Ariadna. Como todas las mujeres.
